Fractura de Tobillo
Por Dr. Santo Hugo Beltré: Traumatólogo
Las fracturas del tobillo son las más frecuentemente tratadas por los especialistas de ortopedia. Anteriormente eran lesiones producidas por traumas de baja energía frecuentemente lesiones deportivas o por caídas en terreno irregular. Actualmente el advenimiento de vehículos de alta velocidad, principalmente motos, asociado al mejoramiento de los sistemas de seguridad en los vehículos (cascos, cinturón de seguridad, bolsas de aire) han resultado en el aumento de supervivientes politraumatizados con traumas complejos de alta energía entre los cuales se encuentran los del tobillo. Esto ha resultado no solo en un aumento en la cantidad de dichas lesiones sino en la complejidad de las mismas.
En nuestro medio se observa con alguna frecuencia las lesiones por arma de fuego que comprometen esta articulación.
ANATOMIA
La articulación del tobillo esta conformada por la relación entre tres huesos:
Tibia –maléolo medial
Peroné- maléolo externo
Talo
CLINICA
Los pacientes con lesiones en el tobillo acuden generalmente por dolor asociado en algunas ocasiones a deformidad. Ingresan sin apoyar la extremidad afectada o presentando cojera antálgica lo cual se correlaciona muchas veces con el grado de severidad de la lesión. Los pacientes con fracturas ingresan con dolor intenso y sin apoyo mientras que los pacientes con esguinces o lesiones menores ingresan apoyando pero con cojera. La presencia de deformidad debe hacer sospechar una lesión importante como fractura o luxofractura.
El exámen físico debe incluir una inspección minuciosa de la extremidad buscando heridas que puedan indicar fractura abierta y descartar lesiones asociadas en la extremidad como en otros sistemas.
Se debe inmovilizar la extremidad antes de enviarse a Rx con algún tipo de férula provisional la cual debe retirarse durante el estudio para no alterar la calidad del mismo.
RADIOLOGIA
La radiología permite evaluar por medio de algunas mediciones la relación existente entre las estructuras mencionadas dando signos directos e indirectos de patología ósea y/o ligamentaria.
Las luxaciones y luxofracturas son generalmente evidentes y no ofrecen mucha dificultad diagnóstica en los RX sin embargo existen algunas lesiones de menor severidad que no son tan evidentes al estudio radiográfico.
Las proyecciones utilizadas para la evaluación de la articulación del tobillo son los RX simples AP y Laterales. Existen algunas mediciones que pueden ayudar a evaluar la presencia de patología en el tobillo.
CLASIFICACION
Existen varias clasificaciones para las lesiones del tobillo de las cuales 1 es la más frecuentemente utilizada:
Clasificación de Weber – esta es una clasificación radiológica en la cual se tiene en cuenta el nivel de la fractura del peroné con relación al plafón tibial. Esta clasificación es la más sencilla pero tiene como inconveniente que no toma en cuenta el compromiso de las estructuras mediales (maléolo medial y ligamento deltoidéo.
· Weber A – la fractura se da por debajo del plafón tibial sin comprometer la sindesmosis tibio peronéa lo cual resulta en una lesión que no compromete la estabilidad del tobillo. Son fracturas generalmente transversas.
· Weber B – el trazo de fractura inicia a nivel del plafón tibial extendiéndose proximalmente de manera oblicua o espiroidéa. En este tipo de lesiones se compromete la sindesmosis de manera parcial rompiéndose en el fragmento distal (maléolo externo que se desplaza posterior y proximalmente) quedando integra en el fragmento proximal (diáfisis peroneal) la cual queda unida a la tibia por la sindesmosis restante.
· Weber C – son fracturas proximales al plafón tibial comprometiendo la sindesmosis y generalmente la estabilidad del tobillo.
TRATAMIENTO
Manejo Inicial
Ell manejo de las lesiones al nivel de la articulación del tobillo comienza, como en cualquier otra lesión, por la elaboración de una historia clínica con un exámen físico minucioso. Debe prestarse especial atención al estado neurovascular distal principalmente en lesiones con deformidades grandes como en luxofracturas que pueden acodar estas estructuras comprometiendo la perfusión distal.
El paciente acude principalmente por el dolor y la deformidad lo cual resulta además en una impotencia funcional. Una vez realizado el exámen físico y con una sospecha diagnóstica se debe proceder a aliviar el dolor utilizando algún tipo de analgésico intravenoso o intramuscular. Se debe además inmovilizar la extremidad con algún tipo de férula que evite que aumente la lesión de los tejidos blandos pero que pueda retirarse con facilidad durante el exámen radiológico de la extremidad. El exámen radiológico con la férula de yeso colocada evita que se observen detalles que pueden ser importantes en la definición de un tratamiento adecuado.
La férula utilizada debe mantener el tobillo con el pie en 90 grados con relación a la pierna y debe extenderse proximalmente hasta el nivel del tubérculo tibial. Algunas lesiones del tobillo requieren inmovilización con férula por encima de rodilla.
Fracturas Bimaleolares o su equivalente.
El manejo inicial es el mismo descrito anteriormente. Estas fracturas son para manejo quirúrgico. Se debe realizar reducción abierta y fijación interna al maléolo externo al igual que al medial cuando existe fractura del mismo. Cuando no existe fractura del maléolo medial y al realizar la reducción del maléolo externo el talo se posiciona adecuadamente en la mortaja tibio-peronéa no se necesita realizar exploración con reparación del ligamento deltoidéo. Por el contrario cuando el talo permanece subluxado lateralmente se debe sospechar interposición del ligamento deltoidéo y se debe explorar y retirar de la articulación para permitir una adecuada reducción del talo en la articulación.
El desplazamiento de los fragmentos generalmente se da hacia el maléolo externo con una inclinación en valgo del talo. Durante la inmovilización inicial se intentar reducir el talo a la mortaja tibioperonéa corrigiendo el desplazamiento lateral y la inclinación en valgo del mismo. La férula debe mantener esta posición lo cual puede lograrse llevando el tobillo a una posición de varo (o inversión. De esta manera debe remitirse al paciente a un centro en el cual se le pueda dar un manejo quirúrgico al paciente.
Fracturas trimaleolares.
Se manejan igual que las bimaleolares. Generalmente el maléolo posterior reduce adecuadamente al reducir la fractura del maléolo externo. Solo ameritan una fijación los fragmentos que comprometan más del 25% de la articulación en los Rx laterales. Las fracturas que comprometen más del 25% de la articulación pueden producir una subluxación posterior del talo llevando a una artrosis de la articulación por incongruencia de la misma.
La dorsiflexión del pie durante la inmovilización de la fractura ayudan a mantener la reducción del fragmento posterior al tensionar la cápsula posterior.
La inmovilización debe realizarse de la misma manera que para las fracturas
Las luxofracturas de tobillo se observan con alguna frecuencia en nuestro medio. El manejo definitivo
de esta lesión dependerá de
las lesiones óseas y
ligamentarias asociadas. Se debe dar prioridad a la luxación tibio – talar la cual debe reducirse ya que constituye una urgencia. La poca distensibilidad de los tejidos alrededor del tobillo asociado a la compresión del talo sobre las estructuras blandas adyacentes puede tener consecuencias graves como le neurovascular y/o necrosis de la piel en el sitio de la compresión. Se debe realizar una reducción de la luxación realizando maniobras de tracción con una adecuada relajación del paciente con drogas como el Diazepam o Midazolam. Debe contarse siempre con una vena canalizada y con equipo de resucitación disponible en caso de cualquier complicación durante cualquier procedimiento que requiera sedación.La falla en la reducción debe hacer sospechar:
inadecuada relajación del paciente
inadecuada maniobra de reducción
Interposición de tejidos blandos como tendones que impiden la misma.
Si no se logra una reducción debe remitirse al paciente a un centro en el cual se le pueda realizar una reducción abierta.
Fractura de Maisonneuve
Esta lesión consiste en una fractura del peroné proximal asociado a una ruptura de la sindesmosis con subluxación lateral del talo. Ocasionalmente se encontrará pacientes con lesiones del tobillo a los cuales no se les observa fractura en los Rx del mismo. Debe prestarse atención durante el exámen físico buscando dolor el peroné proximal o en el trayecto del mismo ya que la fractura puede encontrarse a este nivel. Estas fracturas se asocian a lesión del ligamento deltoidéo por lo cual se comportan como fracturas bimaleolares. Se debe manejar quirúrgicamente cerrando la sindesmosis con un tornillo a este nivel y explorando el ligamento deltoidéo cuando esté indicado.
Video de ejemplo de fractura de tobillo: